Los juegos son uno de los puntos fuertes cuando usamos un móvil Android. Pero la realidad es que, sobre todo si tienes un smartphone con unas prestaciones limitadas, jugar puede llegar a convertirse en algo más parecido a una pesadilla, que a la diversión que todos buscamos.
Este tipo de aplicaciones, requiere un rendimiento bastante potente, por lo que es fácil que tengamos problemas con smartphones limitados en microprocesador, memoria RAM y espacio de almacenamiento.